miércoles, 16 de mayo de 2012

El Acento Diacrítico

                      Acento Diacrìtico


Es la tilde que se emplea para distinguir significados en pares de palabras, habitualmente monosílabas, de las cuales una es regularmente tónica, mientras que la otra átona en el habla, marcando el acento de la tónica.

Las palabras que forman estos pares pueden tener el mismo origen etimológico (por ejemplo más y mas, ambas del latín MAGIS), o pueden ser de etimología distinta (por ejemplo mi, apócope de mío, del latín MEUS y , del latín MIHI o ).

La tilde diacrítica, sin embargo, no sirve para distinguir cada uno de los pares mínimos, opuestos por la tonicidad, que existan en español —como la preposición átona para de la forma verbal para (de parar), o el sustantivo masculino tónico don del tratamiento átono don, así como la preposición de y el pronombre te átonos, de los nombres de las letras t (te) y d (de) tónicos—, ya que estos últimos aparecen solo en contextos muy restringidos e imposibles de haber caso de ambigüedad.

Asimismo, tampoco se usa el acento diacrítico cuando palabras con la misma escritura son tónicas y no tienen una (o más) correspondientes átonas.
Por ejemplo ve del verbo ver y ve del verbo ir no se diferencian con tilde diacrítica, puesto que ambas son tónicas en el habla.

No obstante, en el caso de de saber y de ser (imperativo), ambas formas deben llevar tilde, porque hay que distinguirlas de la forma átona se (pronombre personal).

Monosílabos diferenciados por el acento diacrítico

Como regla general, las palabras monosílabas nunca llevan tilde en español, salvo las ocho que aparecen en la tabla siguiente y los pronombres exclamativos e interrogativos. Los casos particulares de aún/aun y ó/o son tratados en secciones posteriores.
Se trata de parejas de palabras en las que existe una forma tónica y una forma átona, ambas formas con significado diferente, y se marca con acento la forma tónica para diferenciarla de la átona.

de: Preposición (del latín Vengo de Alemania.
Esperó de pie.

dè: Forma del verbo dar (del latín DEM, DET) Espero que mi primo no te dé la espalda.
Dé recuerdos a su mujer de mi parte.

el: Artículo definido singular masculino  El perro es marrón.
Es el mejor jamón que he probado nunca.

èl: Pronombre personal (ambos del latín ILLE) Él es muy alto. Me lo dijo él.

mas: Conjunción adversativa, equivale a "pero" Quiso partir, mas no le dejaron.

màs: Adverbio comparativo, es tónico (ambos del latín MAGIS)
Soy más alto que tú.
Mucho más que eso.
Dos más dos son cuatro.

mi: Adjetivo posesivo, forma átona de mío (del latín MEUS, MI)
Mi casa es grande. [=la casa mía]
Sonata en mi menor.

mí: Pronombre personal tónico de caso preposicional (del latín MIHI, MĪ)
A mí me gusta.
Para mí.

se: Pronombre personal de acusativo o dativo reflexivo y recíproco (del latín )
El chico se fue.
Se ruega no fumar.
Se lo di ayer.

sé: Primera persona singular del presente de indicativo de saber o segunda persona singular del imperativo de ser
No lo sé.
Sé bueno.


si: Conjunción (del latín )Si mañana hace buen tiempo, me voy a la playa.
Dime si lo hiciste.


sí: Adverbio afirmativo (del latín SĪC), caso preposicional reflexivo y recíproco de tercera persona (del latín SIBI) o sustantivo que indica aprobación¿Vienes? Sí, voy.
Tú sí que sabes.
No está seguro de sí mismo.
Me costó darle el sí a su proyecto.


te: Pronombre personal átono de casos acusativo, dativo y reflexivo de (del latín )¿Te vas ya?
Te daré el libro mañana


té: Sustantivo, es el nombre de un tipo de arbusto (voz de origen indostánico)
La hora del té.


tu: Adjetivo posesivo, forma átona de tuyo (del latín TUUS)
Tu casa es muy grande.


tú: Pronombre personal tónico de caso nominativo y vocativo de la segunda persona del singular (del latín )¿Tú qué dices?
Soy más alto que tú.


Tilde diacrítica en los interrogativos y exclamativos o también conocido
 como acento enfático

Los pronombres interrogativos y exclamativos qué, quién, cómo, cuál, cuándo, cuánto, cuán, dónde y adónde llevan tilde diacrítica para diferenciarlos de los pronombres relativos o conjunciones que, quien, como, cual, cuando, cuanto, cuan, donde y adonde.

Las formas acentuadas introducen, de forma directa o indirecta, enunciados interrogativos o exclamativos: así, se tiene ¿Qué haces?, No sé cuál es mi coche, ¡Qué calor que hace hoy!.

En los pronombres interrogativos y exclamativos que tengan formas propias en femenino y en plural, estas formas también se deben acentuar (¿Quiénes son?, ¿Cuánta gente había?).

Las formas acentuadas pueden funcionar como sustantivos (Se propuso averiguar el cómo, el cuándo y el dónde de aquellos sucesos).

Forma Acentuada
¿Qué puedo hacer?
¡Qué bien!
No sé qué hacer.
No sabes qué alegría me diste ayer cuando te vi.
No tienes por qué hablar si no quieres

Forma NO Acentuada
Quiero que vengan todos.
Vine antes que tú.
El hombre que vino ayer es francés.
¡Lástima que no llegara a tiempo!
Sé lo que hicisteis el último verano.

Un caso que da lugar a confusiones es la grafía correcta de porque, por que, por qué y porqué debido a la existencia de acentos (diacrítico en por qué y debido a las reglas generales de acentuación en porqué) y a la escritura en una o en dos palabras.

por qué:  interrogativo o exclamativo
¿Por qué no te callas? / ¡Por qué te haré caso!

por que:  cuando el que es relativo
Las calles por que [=por las que] vienes son peligrosas.

porqué:  sustantivo que significa 'motivo' o 'causa'
No sabemos el porqué de algunas cosas.

porque:  conjunción causal, responde a la pregunta ¿por qué?
Vine porque estaba preocupado.

Tilde diacrítica en aún/aun

Cuando puede sustituirse por «todavía» (tanto con significado temporal como con valor ponderativo o intensivo) sin alterar el sentido de la frase, se escribe con tilde (aún). En todos los demás casos (esto es, siempre que no se pueda sustituir por «todavía»), se escribe sin tilde (aun). Ambas palabras derivan del latín adhūc (pron. /adúk/) 'hasta ahora'.

aun: adverbio de modo, conjunción concesiva o preposición. Con el significado de hasta, también, incluso o ni siquiera.

· Aun así no se quedó satisfecho.
· Lucharemos cada día y aun cada hora.
· Aun conociendo la dificultad del problema, lo intentó.
· Vinieron todos, aun Javier.

aùn: adverbio de modo o temporal, equivale a todavía.

·
Aún no lo he visto.
Tras releer la noticia, me parece aún menos creíble.

Tilde diacrítica en sólo/solo

Tradicionalmente y, de 1999 a finales del 2010 en caso de ambigüedad, se utilizaba la tilde en el término solo cuando tenía valor de adverbio.

El adjetivo solo significa 'sin compañía' (del latín SŌLUS) mientras que su homónimo tiene función adverbial cuando equivale a 'solamente' (del latín SŌLUM); desde 1999 este último solo adverbial se acentuaba gráficamente cuando incurriera en ambigüedad.

Ejemplo: «se quedará solo un mes» («solo» significa aquí 'en soledad', 'sin compañía'), frente a «se quedará sólo un mes» (por un mes y no más), con el significado de 'solamente se quedará un mes'.

Sin embargo, la reforma ortográfica académica vigente desde finales del 2010 permite el único uso sin tilde, exista o no caso de ambigüedad, considerando que la posibilidad de esta es mínima y que esta puede resolverse casi siempre usando sinónimos como solamente o únicamente.

Tilde diacrítica en ó/o

Previo al 2010 la conjunción o entre números podía llevar acento gráfico para no confundirla con el 0: 1 ó 2.
Sin embargo, con la nueva Ortografía, publicada el 17 de diciembre de 2010 por la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española, la tilde en este caso nunca debe colocarse, puesto que en la tipografía moderna se puede diferenciar muy bien la o del 0. Por lo tanto, debe escribirse 1 o 2 y 100 o 200.



                                                 Gabriela Guerrero

Ejercicios


 
Me acercaré a comprar _______ periódico.
A) el
B) él.

Dijo que llegaría a la fiesta con _______ primo.
A) tu
B) tú

4) He comprobado que _______ no estuvo en clase.
A) él.
B) el.

Ella me pidió que _______ no asistieras a la fiesta.
A) tu.
B) tú.

Fernando juega con la raqueta de _______ hermano.
A) mí.
B) mi.

Escribe las tildes que faltan.

El es un gran chico; el sabe lo que hace; el es mi amigo.
Yo tengo mi libro; el tiene el suyo.
El primer premio y el segundo son poco para el.
Tu recibiras tu parte como los demas.
Tu no tienes miedo, tu eres un valiente; tu eres un ganador.
Tu sabes bien lo que yo aprecio a tu padre y a tu madre.
A mi me gusto mucho tu regalo.

Escribe mí (pronombre personal) o mi (determinante posesivo), según corresponda.
____madre tiene un regalo escondido para .
No he traído __traje de baño.
A __no me gusta nadar.
__mesa de trabajo está muy desordenada.
Yo no creo que sepas muchas cosas sobre ___.
Pasé toda __juventud en un pueblo de la costa.
A ___me parece que en ___casa hace mucho frío.
___profesora me escogió a ___para responder a las preguntas.

Acento Ortogràfico y Prosòdico

Acento Ortogràfico y Prosòdico

Acento Ortográfico 

 El acento ortográfico o tilde es un signo (´) que se coloca sobre las vocales (por ejemplo, á, é, í, ó, ú, ý, à, è, ...). En algunas lenguas romances, como el español o el catalán, a veces se utilizan acentos diacríticos para diferenciar unas palabras de otras de la misma escritura pero con diferentes significados y usos. En varias lenguas el acento ortográfico tiene varias variantes entre ellas: el acento agudo (´), el acento grave (`) o el acento circunflejo (^). En muchas lenguas cada tipo de acento puede recaer en diferentes tipos de vocal, por ejemplo en las lenguas románicas generalmente el acento grave sólo aparece en vocales tónicas abiertas (aunque en lombardo ù indica la vocal anterior redondeada ü indicada en el AFI como[y]). En español el acento agudo es el único que puede ir sobre una vocal. En francés en acento circunflejo se usa para indicar el alargamiento de una vocal por la pérdida de una -s implosiva, aunque en portugués el mismo acento circunflejo tiene el objetivo de indicar el grado de abertura de la vocal. En el griego y guaraní existe la y con acento agudo (ý).

Nomenclatura

El acento ortográfico suele denominarse comúnmente como tilde o acento. Sin embargo, ambas son palabras ambiguas: además del acento gráfico existen el acento prosódico y el acento regional, y por su parte tilde puede ser cualquier trazo de una letra, incluyendo el transversal de la t o la ondulación sobre la ñ. En el diccionario de la Real Academia Española (el Diccionario de la lengua española o DRAE) se considera que para tilde, las acepciones de «rayita» y «signo ortográfico» son una sola.1 De acuerdo con ese criterio, acento y tilde no serían sinónimos exactos. Sin embargo, consideran que se trata de dos acepciones diferentes. En resumen, acento y tilde comparten una acepción que es exactamente sinónima, y por separado tienen varias otras que no lo son:

Acento prosódico 

Con acento prosódico o acento de intensidad se denomina el mayor sonido, realce o relieve fónico que posee una sílaba entre las demás de una palabra en una conversación normal. Además también suele producirse un alargamiento en la duración de esta sílaba. En muchos casos el acento prosódico se indica en español con un signo llamado tilde o acento ortográfico. La sílaba sobre la que recae el acento prosódico se denomina sílaba tónica o acentuada, y a la que carece de él, átona o inacentuada. Aunque en castellano el acento prosódico y el acento tonal coinciden, no son exactamente el mismo concepto. En muchas lenguas el acento recae en un una sílaba fija (como el francés o el turco), por lo que no es distintivo aunque sea fonéticamente audible. También se ha señalado que algunas lenguas, por ejemplo en algunas variantes de japonés (Kagoshima, Miyakonojo, Sendai) todas las palabras carecen de acento. Tampoco parece existir acento en ciertas lenguas tonales como el chino o el mende.

Tipos de acento prosódico

Hay lenguas, como el inglés, el alemán, español, el francés o el italiano en las que el relieve en la voz consiste en una mayor intensidad, es decir, un mayor esfuerzo al espirar el aire. Este acento recibe el nombre de acento de intensidad, dinámico, espiratorio, articulatorio o de sonoridad. La naturaleza fonética de dicho acento varía de lengua a lengua e incluye varios mecanismos como el tono, la intensidad y a veces la calidad y cantidad de la vocal o segmento que recibe el acento.

Tradicionalmente se consideraba que el carácter principal del acento prosódico en español era la intensidad, sin embargo las últimas investigaciones que se han hecho han demostrado que el factor determinante es la elevación del tono, acompañada normalmente de una mayor duración o intensidad de la pronunciación de la sílaba tónica.2
En otras lenguas, como el griego antiguo, el acento consiste en la elevación del tono de la voz, en una mayor tensión de las cuerdas vocales al emitir la sílaba acentuada. En este caso el acento recibe los nombres de acento tónico, musical, de altura, tonal, cromático o melódico.

En español, sin embargo, también se da el nombre de acento tónico al acento de intensidad o considerado acento irregular que varía de acuerdo al sitio de trabajo.
Hay lenguas de acento fijo, en las que el acento recae sobre una sílaba determinada, según la estructura de la lengua, como en el esperanto, o en el latín, donde el acento siempre recae en la penúltima o en la antepenúltima sílaba; y otras que poseen un acento condicionado o libre, cuyo lugar está determinado por circunstancias fonéticas, morfológicas o sintácticas, como en el francés.

Yenireth Rodriguez

Las Silabas

Las Silabas

Sílaba es cada una de las divisiones fonológicas en las que se divide una palabra. Es la tercera menor división de la cadena hablada (contando como más simples la mora, ver más abajo, y el fonema). (Tradicionalmente se la había definido como "golpe de voz" en una palabra, definición considerada por los lingüistas como obsoleta e inoperativa).

Fonológicamente, las sílabas se pueden clasificar según varios criterios:
  • Sílabas átonas/tónicas. Las sílabas pueden recibir o no más fuerza según hagamos hincapié en su pronunciación. Encontramos, pues, sílabas átonas (normales) o tónicas (pronunciadas ligeramente más fuerte que las anteriores). En español, casi todas las palabras tienen una única sílaba tónica. A modo de ejemplo las palabras: resultante, esdrújula, avizor, ángel (marcada en negrita cursiva la sílaba tónica y en cursiva las átonas). Muy raramente tienen dos (palabras acabadas en -mente, como autoticamente).
  • Sílabas cortas/largas o ligeras/pesadas. En algunas lenguas como el latín, el griego clásico, el japonés o el sánscrito existen estructuras intermedias entre el fonema y la sílaba. Típicamente las unidades intermedias se denominan moras. Generalmente en estas lenguas cada sílaba se puede dividir en un cierto número de moras. Las sílabas de una sola mora se denominan cortas o ligeras, y las sílabas de más de una mora son largas o pesadas. En las lenguas mencionadas el número de moras, es decir, el que una sílaba sea corta o larga (ligera o pesada) tiene repercusiones en la posición del acento.
  • Sílabas abiertas/cerradas. Otra distinción importante en algunas lenguas es si la sílaba posee o carece de coda silábica. Las sílabas sin coda se denominan abiertas y las que tienen coda se denominan cerradas. En la mayoría de lenguas indoeuropeas modernas el núcleo silábico sólo puede ser una vocal, y por tanto, las sílabas acabadas en voca
  • l se denominan abiertas y las sílabas acabadas en consonante se denominan cerradas.
Convenciones ortográficas

La división silábica tiene especial importancia en el escrito ya que en español sí se permite dividir las sílabas de una palabra cuando ésta no cabe en el renglón en uso. Aunque, a veces, los límites silábicos pueden ser difusos y existen tendencias a provocar diptongos o hiatos según la velocidad con la que se hable. Es el caso de palabras como continuo [konˈti.nwo] (a veces pronunciado [konˈti.nuˌo], en particular por hablantes de catalán, donde los diptongos crecientes sólo se dan a principio de palabra o tras [kw] pero en una sílaba iniciada por n-).
La división silábica de una palabra se suele anotar con guiones ( - ) y dependiendo del número de sílabas una palabra puede ser:
  • Monosílaba: una sola sílaba; en español no se acentúa salvo que haya dos palabras iguales para diferenciarlas (tilde diacrítica) o en casos como ciertos exclamativos e interrogativos. Ejs.: do,re,mi,fa,sol,la,si...
  • Bisílaba: dos sílabas. Ejs.: ca-lor, ma-no, ár-bol, li-bro...
  • Trisílaba: tres sílabas. Ejs.: re-pe-tir, or-ques-ta, re-co-ger...
  • Tetrasílaba: cuatro sílabas. Ejs.: cho-co-la-te, fe-rro-ca-rril, cons-ti-tu-ción...
  • Polisílaba: cinco o más sílabas. Ejs.: com-pu-ta-do-ra, con-me-mo-ra-ción, ge-ne-ro-si-dad...

Michelle Meza

El Abecedario

El Abecedario

El alfabeto, abecedario o abecé de una lengua o idioma es el conjunto ordenado de sus letras. Es también la agrupación, con un orden determinado, de las grafías utilizadas para representar el lenguaje que sirve de sistema de comunicación.

El término alfabeto procede del griego ἀλφάβετον (alfábeton), derivado de las dos primeras letras griegas ἄλφα (alfa, α) y βῆτα (beta, β), derivadas a su vez de las letras fenicias ʾalp y bēt, que significaban «buey» y «casa» respectivamente. El alfabeto griego es una adaptación del alfabeto fenicio, que también dio lugar entre otros al hebreo y al árabe. Por su parte, el término abecedario proviene del latín tardío abecedārium, también derivado del nombre de las primeras letras, en este caso cuatro: a (a), b (be), c (ce) y d (de).       
  
Algunas letras pueden recibir uno o varios diacríticos con el fin de diferenciar los sonidos de la lengua o poder evitar las ambigüedades. De la misma forma, el alfabeto puede ser entendido por el uso de letras suplementarias. Las evoluciones fonéticas de una lengua se crean a un ritmo diferente de la evolución escrita. La escritura alfabética no garantiza una correspondencia unívoca entre los fonemas y los grafemas. En otros ámbitos (matemáticas, por ejemplo), un alfabeto es un conjunto finito y ordenado de símbolos.

El orden alfabético pasado y presente

Aunque hay muchas similitudes entre los alfabetos de distintos idiomas, se observan también diferencias peculiares en cada uno. No siempre está claro qué es lo que constituye un alfabeto específico, único. El francés utiliza básicamente el mismo alfabeto que el inglés, pero muchas de las letras usan marcas adicionales, como la é, la à y la ô. En francés, estas combinaciones no se consideran letras adicionales. Sin embargo, en islandés letras acentuadas tales como la á, la í y la ö se consideran letras distintas del alfabeto. En español, la ñ es una letra distinta, pero vocales acentuadas como la á y la é no lo son. La ll y la ch también se consideraban letras aparte, pero en 1994 la Real Academia Española cambió el ordenamiento, de modo tal que la ll está ahora, en el diccionario, dentro de la l, entre lk y lm, y la ch está dentro de la c, entre cg y ci.

En alemán, las palabras que comienzan con sch- (que constituyen el fonema alemán ʃ) se intercalaron entre las palabras que empiezan con sca- y las palabras que empiezan con sci- (todas ellas, casualmente, palabras tomadas como préstamo de otros idiomas), en vez de que este grupo gráfico apareciera después de la letra s, como si fuera una sola letra – una decisión lexicográfica que resulta obligatoria en un diccionario de albanés, donde dh-, gj-, ll-, rr-, th-, xh- y zh- (todos los cuales representan fonemas y se consideran letras por separado) aparecen después de las letras d, g, l, n, r, t, x y z, respectivamente. Asimismo, en un diccionario de inglés las palabras que inician con th- tampoco tienen un lugar especial después de la letra t, sino que quedan incluidas dentro de ésta, entre te- y ti-. Las palabras alemanas con diéresis se ordenan alfabéticamente como si no hubiera diéresis alguna – contrario a lo que ocurre con el alfabeto turco, que supuestamente adoptó los grafemas ö y ü alemanes, y donde una palabra como tüfek ("arma"), aparece en el diccionario después de tuz ("sal").

Los alfabetos danés y noruego terminan con æøå, mientras que los alfabetos sueco, finlandés y estoniano colocan, convencionalmente, las letras åäö al final.
Algunas adaptaciones del alfabeto latino se ven incrementadas con el uso de ligaduras como, por ejemplo, æ en el inglés antiguo y en el islandés y la Ȣ en el algonquín; a través de préstamos de otros alfabetos como, por ejemplo, la letra thorn del inglés antiguo y del islandés, que provenían de las runas futhark, y a través de la modificación de letras existentes, como la eth (minúscula ð) del inglés antiguo y del islandés, que es una modificación de la d.

Otros alfabetos utilizan únicamente un subconjunto del alfabeto latino, como por ejemplo el hawaiano y el italiano, que usa las letras j, k, x y y w únicamente en las palabras de origen extranjero.

No se sabe si los primeros alfabetos tenían un orden definido. Algunos alfabetos actuales, como por ejemplo la escritura Hanuno'o de algunas poblaciones originales de las Filipinas, en la cual se enseña una letra a la vez, sin ningún orden en particular, y no se usan para el ordenamiento alfabético. Sin embargo, varias tablillas ugaríticas del siglo XIV A.C. preservan el alfabeto en dos secuencias. Una de ellas, el orden ABCDE utilizado más adelante por loa fenicios, se sigue utilizando hoy en día, con cambios menores, en los alfabetos hebreo, griego, armenio, gótico, cirílico y latino; la otra, HMĦLQ, se utilizaba en el sur de Arabia y actualmente se sigue usando en el alfabeto Ge'ez (véase también alfabeto etíope)  Ambos tipos de orden alfabético se han mantenido más o menos estables, por consiguiente, por lo menos durante los últimos tres mil años.

Este ordenamiento histórico ya no persistió en el caso del alfabeto rúnico, ni tampoco en el del alfabeto arábigo, aunque este último sigue usando el llamado orden abjadí para la numeración.

La familia brahámica de alfabetos que se usa en la India aplica un orden único que se basa en la fonología: las letras se ordenan en función de cómo y dónde se generan en la boca. Esta organización se utiliza en el sureste de Asia, en el Tíbet, en el hangul coreano, e incluso en el kana de Japón, que no es un alfabeto.

Los nombres de las letras fenicias, cada una de ellas asociada con una palabra que inicia con ese sonido, siguen usándose en los alfabetos samaritano, arameo, sirio, hebreo y griego. Sin embargo, dejaron de usarse en el alfabeto árabe, en el cirílico y en el latino.

        Vicky Perez        

Origen del Idioma Castellano

  Origen del Idioma Castellano.


  Antes de que fuera conquistado España, por los Romanos, en la penìnsula se hablaban varias lenguas (lenguas hibèricas). Cuando fue conquistada, los Romanos impusieron la lengua Latina (Pero no el latin culto de Ciceròn, Tito Livio, Virgilio y Horacio, sino el Latìn vulgar que hablaban los plebeyos: Soldados, agricultores, entre otros).

  Este Latìn se transformò y llegò a convertirse en una nueva lengua llamada "Lengua Romance". A España la invaden bàrbaros y Àrabes. Asì se fueron formando paulatinamente los romances españoles: Catalàn, aragonès,leonès,asturiano, gallegos, castellano, entre otros; mientras, en otras partes se formaba el provenzal,Francès,italiano,portuguès y rumano. Sòlo una parte no recibiò influencia: Las provicias vascongadas.

  El romance castellano llegò a preponderar en el centro de España, hasta llegar a convertirse en idioma oficial (El Rey Alfonso X, el Sabio, lo hizo sustituto del latìn en el siglo XIII). En el siglo XV los Reyes catòlicos,empeñados en lograr la unificaciondel reino, la convirtieron en lengua oficialde España y Amèrica.

  En el castellano tambièn abundadn palabras del àrabe, hebreo, griego, francès, inglès, entre otros;que lo han enriquecido.

                                           
Maikel Rivera